La actual ley hipotecaria en España es la Ley de Contratos de Crédito Hipotecario, aprobada el 16 de junio de 2019, que entrará en vigor en junio de 2024. Esta ley es conocida popularmente como la nueva ley hipotecaria, ya que introduce un conjunto de cambios importantes y ofrece una nueva protección a los deudores hipotecarios en España.
¿Qué es la nueva ley hipotecaria?
La nueva ley hipotecaria se creó con el propósito de aumentar la transparencia en los contratos hipotecarios, al tiempo que se reducen las posibilidades de que se utilicen cláusulas abusivas como forma de comercializar los préstamos hipotecarios. La ley establece procedimientos para que los bancos se dirijan a los clientes potenciales y ofrece incentivos para cambiar los contratos de tipo de interés variable a tipo de interés fijo. Siempre que se realice un cambio durante los 3 primeros años del contrato, la comisión máxima por novación se fija en el 0,15%, mientras que después de este periodo la comisión se fija en 0.
La nueva ley hipotecaria también pone fin a los costes adicionales no relacionados directamente con el contrato hipotecario, como el seguro de vida del crédito o la vinculación al salario, que los bancos utilizan para bajar el tipo de interés. Hay que decir, sin embargo, que todavía pueden ofrecer estos servicios, siempre que no se utilicen como forma de reducir el tipo de interés del contrato hipotecario. Uno de los cambios más importantes que aporta la nueva ley es la creación de un nuevo fondo de garantía denominado FOAGES, que respalda el 10% de las operaciones hipotecarias.
¿Qué pretende conseguir la nueva Ley Hipotecaria?
El principal objetivo de la nueva Ley Hipotecaria es proteger a los consumidores y compradores de las cláusulas abusivas que puedan incluirse en sus contratos. También pretende fomentar la transparencia en el mercado hipotecario y ofrecer un mayor control sobre todo el proceso. Además, la ley fomenta el uso de contratos a tipo de interés fijo, que son más seguros para los compradores, ya que ofrecen más protección frente a posibles sorpresas, como cambios en los tipos de interés generales en España.
Además, la ley también ofrece más flexibilidad en los plazos de pago. En casos de emergencia, permite a los compradores ampliar el plazo de pago hasta 4 veces en 24 meses, siempre que lo hagan por los cauces adecuados. Por último, la ley pretende reducir el riesgo de ejecución hipotecaria ofreciendo nuevos planes de asistencia y protección a quienes tengan dificultades con el pago de su hipoteca.
Conclusión
La nueva ley hipotecaria ofrece una solución integral y moderna a los hipotecados españoles. Promueve la transparencia y la seguridad de los contratos, protegiendo a los compradores de posibles cláusulas abusivas y ofreciendo más flexibilidad en cuanto a los plazos de pago. En conjunto, es un gran paso adelante hacia la mejora del mercado hipotecario español.
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